¿Por qué sigo escribiendo un blog a los 50?
- Francisco Moreno Rodríguez
- 10 nov 2024
- 2 Min. de lectura

A estas alturas, podría decirse que ya he pasado por muchas etapas, cambios y, sí, unas cuantas sacudidas de la vida. Hoy, me encuentro escribiendo este blog como un espacio íntimo donde puedo volcar lo que pasa por mi cabeza, que en realidad, nunca ha sido simple ni lineal.
Con los años, mis intereses han cambiado tanto que puede que este blog parezca un tutifruti de temas, pero creo que eso también lo hace auténtico.
Este blog es mi refugio donde lo complejo y lo inesperado encuentran su lugar, sin necesidad de una etiqueta precisa. Un día puedo estar reflexionando sobre historia, otro descubriendo algo nuevo en ciencia o tecnología, y otro, recordando algún juego o película que me hizo soñar cuando era más joven. No busco la perfección en cada post, sino que quiero capturar las ideas que llegan y las que me dan curiosidad en este momento de la vida. A veces es nostalgia por los días pasados; otras, es la emoción de aprender algo nuevo.
Quizá algunos piensen que este espacio es un capricho, una colección de temas sin relación aparente. Pero para mí, esta mezcla de intereses refleja quién soy hoy: una persona que, lejos de tener todas las respuestas, sigue buscando, sigue sorprendiéndose y se toma menos en serio. Escribir aquí me ha ayudado a soltar el orgullo, a aceptar que cambiar está bien, que las ideas evolucionan, y que la vida se trata de adaptarse a sus giros y seguir adelante, pero más en paz.
Uno de los motivos más personales por los que mantengo este espacio es mi hija Vera. Pienso en ella y en cómo me gustaría que un día, cuando me lea, pueda ver al papá que siempre ha estado allí, aunque tal vez de una forma diferente. Quiero que descubra cómo he cambiado y cómo, a pesar de los años, sigo siendo ese niño de corazón que la adora. Quizás en estas palabras encuentre un mensaje que la acompañe, incluso cuando yo ya no puedo hacerlo.
Este blog es mi manera de compartir lo que me define, lo que me mueve y lo que a veces me desvela. Puede que a alguien más le haga sentido o le aporte algo nuevo. O tal vez no. Pero si disfrutan del viaje de un cincuentón que sigue aprendiendo a su propio ritmo, bienvenidos. A fin de cuentas, escribir es también compartir un pedazo de nuestra humanidad.
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