27 años de tu partida.

Mis queridos 10 lectores, Hoy escribo desde las tripas ya que hoy se cumplen 27 años desde que mi padre dejó este mundo, y aun con el tiempo su ausencia sigue resonando en mi corazón con la misma intensidad de siempre. Aunque el tiempo pasa, el vacío que dejó es imposible de llenar y su recuerdo permanece vivo y constante en cada momento de mi vida.

Jefe, me enseñaste tanto, desde el amor por la música hasta esa sed insaciable de conocimiento y aprendizaje que ambos compartimos. Me diste herramientas para enfrentar el mundo, pero me hace falta tu sabiduría y tus consejos en los días difíciles, en esos momentos en los que solo tu voz podría guiarme hacia el camino correcto o por lo menos a lo que tu considerabas que era lo mejor.

A veces, me sorprendo buscando tu aprobación en mis logros o imaginando qué dirías en situaciones nuevas que enfrento. Y es que, a pesar de los años, sigue habiendo tantas cosas que quiero compartir contigo. Tantas preguntas que solo tú podrías responder y creo que sigo sin perdonarte que no hayas podido conocer a mi hija, tiene algo de ti que a veces me golpea con un recuerdo del siglo pasado.

Te extraño tanto, viejo. Extraño esos momentos de música y ciencia que parecían clases mas que comentarios , y más que nada, extraño tu presencia tranquilizadora en mi vida. Me dejaste un legado de pasión, de lucha y de amor infinito por aprender, algo que llevo con orgullo, pero cómo me haces falta.

Hoy, mientras escribo esto, siento que de alguna manera estás aquí, en cada nota de Pink floyd que amabas, en cada nuevo descubrimiento que hago, y en esa paciencia y extraña rebeldia que dejaste en mí. Gracias, jefe, por todo lo que me diste, que fue mucho, y sigues viviendo dentro de mí. Te extraño más de lo que las palabras pueden expresar y te amo, siempre.